CAMINOS

Los caminos siempre llevan a algún sitio. O eso creemos. Porque hay quien para en un hotel por una noche, o en una gasolinera con casetes a la venta, y ahí se queda. No sabrá a dónde llevaba el camino, solo sabrá dónde acaba. La vida es siempre un camino desconocido. A veces mirando a un niño te preguntas qué recorrido le espera. A veces ante un adulto sientes un escalofrío imaginándolo de niño, sin sospechar el recorrido que lo esperaba. La vida es siempre un camino desconocido lleno de encrucijadas cuya elección nunca tiene vuelta atrás. No sé si es este extraño tiempo que vivimos, o es la edad, o las preguntas,  lo que me ha llevado a hacer estas piezas. Caminos que no sabemos si están por recorrerse o ya los hemos dejado atrás. Igual nunca tuvimos valor para empezarlos.  Cada cual dará un sentido o una historia a estos hombrecillos y amueblará las casas. Dos piezas pequeñas, dos figuras pequeñas, como si los viéramos, como si nos viéramos a lo lejos, apenas una rayita, un punto.