LA MEDIDA DE LAS COSAS

Uno. La pantalla del televisor muestra el desastroso efecto de unas inundaciones. Los vecinos cuentan lo ocurrido con la voz temblorosa. Unas mujeres lloran. La cámara gira y enfoca a unos niños que se empujan deseosos de salir en la tele. Y con una alegría luminosa describen cómo el agua arrastraba los coches por la calle y los muebles se salían flotando de las casas. Es lo mejor que habían visto en su vida, dicen.

Dos. La ropa gira en la lavadora. Frente a la puerta circular, el niño llora viendo dar vueltas a su oso. La madre se ríe, aunque ya empieza a hartarse de que todas las semanas pase lo mismo.

Tres. Etc.

El mundo de los niños y el de los adultos corren paralelos. Sus medidas son distintas, sus perspectivas son distintas. Parecen mundos distintos. Y en ninguno existe el paraíso.

De eso tratan estos grabados, de la medida de las cosas.